El transporte de mercancías peligrosas y fácilmente contaminantes

Las mercancías peligrosas representan materias primas vitales para el normal funcionamiento de nuestro sistema económico y social, pues gracias a ellas podemos, por ejemplo, disponer de multitud de medicamentos para la cura de enfermedades o surtir a nuestro vehículo del carburante más avanzado. El transporte de este tipo de mercancías es una actividad que se repite a diario en todo el mundo y que necesita de unas precauciones especiales, pero antes de profundizar en ello vamos a aproximarnos a una definición de lo que es una mercancía peligrosa.

¿Qué es? Por materia peligrosa entendemos a toda sustancia o producto que durante su fabricación, manejo, transporte, almacenamiento o uso pueda generar o desprender vapores, humos, polvos, gases o fibras capaces de producir efectos infecciosos, irritables, inflamables, explosivos, corrosivos, asfixiante, tóxicos o de cualquier otra naturaleza peligrosa. También se califica como peligrosa la materia que pueda generar radiaciones ionizantes en cantidades, o concentraciones que tengan alguna probabilidad de lesionar la salud de las personas que entren en contacto con ellas o que puedan causar daños materiales a instalaciones o al medio ambiente.

Para el transporte de mercancías peligrosas es necesario llevar a cabo una clasificación de las materias comprometidas atendiendo a sus características químicas y a su grado de peligrosidad. Existen nueve clasificaciones distintas establecidas por la Organización de las Naciones Unidas, donde también se detallan los requisitos que el traslado debe cumplir. Las materias más problemáticas, las explosivas y radiactivas (clasificadas como 1 y 7 respectivamente), necesitan una autorización expresa por la autoridad pertinente, que dependerá del medio donde se realice el transporte.

A su vez, para la manipulación de este tipo de mercancías la Ley de 1992 sobre el transporte de mercancías peligrosas describe cómo deben ser los procesos dependiendo del medio de transporte empleado para el envío. El momento más conflictivo del proceso es el empaque de la mercancía, donde, por ejemplo, para transportes marítimos se recomienda que la última carga acarreada en el barco sea la declarada como peligrosa para que el tiempo en el navío sea mínimo. Además, cada clasificación posee un símbolo de carácter internacional, que debe ser claramente visible durante el transporte.

El mar, el más solicitado

El transporte marítimo supone el 80% del tráfico mundial de mercancías y se estima que el 50% de la carga que se transporta por mar puede clasificarse como peligrosa y/o perjudicial para el medio ambiente.

El transporte por vía marítima de materias comprometidas se realiza en diferentes modalidades: graneles sólidos y líquidos, paquetes, bultos, recipientes de presión, gases licuados y contenedores. En consecuencia, a los riesgos propios de la navegación marítima se añaden los del manejo y transporte de los productos peligrosos, sobre todo en barcos de pequeña eslora donde las condiciones marítimas hacen que el barco fluctúe en mayor medida. El método de transporte más habitual en esta vía es el contenedor, que supone un 30% del total de envíos peligrosos que se realizan.

La legislación para el transporte de mercancías peligrosas o contaminantes en el medio marítimo está recogida en el código IMDG (International Maritime Dangerous Goods) donde se estipula el tipo de estiba, incompatibilidades, segregaciones, etc. Así, se establece por ejemplo que, en los transportes mediante contenedores, el símbolo internacional de cada categoría debe aparecer en los cuatro lados del container o que la carga debe situarse en la parte de proa, la zona más alejada de la tripulación.

El acarreo de materias peligrosas por mar supone siempre un reto complicado para las empresas de logística, donde algunas navieras rechazan el transporte de este tipo de cargas debido, en muchos casos, a malas experiencias (propias o ajenas).

Para que todas las mercancías lleguen a buen puerto (utilizando cualquier medio de transporte) es necesario recurrir a empresas con experiencia como Bilogistik, especialista en servicios transitarios de transporte y manipulación de todo tipo de mercancías.

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