Los estándares Euro 7 sentarán la base de la nueva movilidad sostenible

La calidad del aire que respiramos en las ciudades es una de las grandes preocupaciones dentro de los objetivos medioambientales de la ONU. Es por ello que la Organización Mundial de la Salud ha fijado nuevos límites para garantizar la calidad del aire, que requerirán de dramáticas reducciones de los niveles de dióxido de nitrógeno, NO2, y pequeñas partículas contaminantes.

En este cambio, el transporte por carretera jugará un papel definitivo, ya que es una de las fuentes de polución más importantes. A su vez, supone un quebradero de cabeza para las grandes ciudades europeas, que son las más afectadas por un aire tóxico que se cobra decenas de miles de muertes prematuras cada año según los cálculos.

Estándares Euro 7

Una importante herramienta que servirá para luchar contra la contaminación derivada del transporte por carretera y salvar vidas son los nuevos estándares Euro 7. Se darán a conocer a finales de año y se aplicarán a partir de 2025 para turismos, furgonetas, autobuses y vehículos pesados.

Esta norma se enmarca dentro del Pacto Verde Europeo y en la práctica, vendría a endurecer la vigente Euro 6d y promover así el desmantelamiento de la combustión, suponiendo un paso definitivo para el fin del coche con motor de combustión, que se espera para 2035.

El proceso de diseño continúa en marcha, aunque estas son algunas de las propuestas que maneja su borrador.

  • Las emisiones de óxido de nitrógeno pasarían a ser de 30 mg/km para todos los vehículos, sean gasolina o diésel, frente a los 60 mg/km actuales (gasolina) y 80 mg/km (diésel).
  • Los nuevos lanzamientos de vehículos deberían tener el límite en 10 mg/km
  • También las emisiones de monóxido de carbono (CO) podrían bajar hasta 100-300 mg desde los 500-1000 mg que marca la norma actual.
  • Los coches nuevos tendrían una vida útil de como mínimo 15 años o 240.000 km de uso.
  • Por último se espera un enfoque global a la contaminación, incluyendo algunos contaminantes que aún no se regulan como las partículas ultrafinas (PN10), amoníaco (NH3) y óxidos nitrosos (N2O).

No obstante, la industria del automóvil no ha tardado en señalar que algunos de estos baremos son imposibles de cumplir y espera que la Unión Europea ceda en los requisitos, considerándolos inviables para cumplirse en un plazo de apenas 4 años. 

No hay que olvidar que, aunque el trasfondo de la norma es obligar a los fabricantes a volcarse en los híbridos y eléctricos, hay otra parte importante por cumplir. Y es que Europa deberá obligar a los gobiernos miembros a levantar una red de cargadores ultrarrápidos para coches eléctricos a velocidad de vértigo.

La medida parece ambiciosa, pero necesaria si se quiere forzar un cambio. A comienzos de 2020, tan solo el 3,7 % de los coches nuevos vendidos en Europa eran totalmente eléctricos. El resto contaban con motores de combustión interna (ICE) convencionales o electrificados. Aún con la puesta en marcha de Euro 7, los pronósticos muestran que los motores ICE continuarán formando parte de la mayoría de los vehículos ligeros a medio plazo, aunque reduciendo más sus emisiones.

El transporte de mercancías por carretera también se verá forzado a una drástica renovación de flotas en pocos años. Esto va en línea con el plan de ayudas anunciado por el Ministerio de Transportes español para la adquisición de vehículos nuevos propulsados a gas. Aunque se recoge la posibilidad de otras energías alternativas, se estima que de momento no hay en este mercado suficiente oferta, como si la hay ya de modelos GLP, GNC y GNL, capaces de generar un 15% menos de emisiones que su equivalente en diésel.

Plan MOVES para el fomento de la movilidad eléctrica

El Gobierno Español también está poniendo su grano de arena con la convocatoria de MOVES Singulares II, que destina fondos a fomentar la movilidad eléctrica y a incentivar proyectos innovadores que ayuden al salto tecnológico hacia el vehículo eléctrico y de pila de combustible.
El programa está dotado con 100 millones de euros de los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y está gestionado a través del Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE).

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